14 de enero de 2011

10 CLAVES PARA UN VERANO SALUDABLE


El verano llegó y con él, el tiempo de vacaciones para muchos, el alejarse de la actividad cotidiana y disfrutar de muchas horas y actividades al aire libre, para otros... En esta nota compartiremos algunas recomendaciones básicas y sencillas que nos permitan disfrutar de la estación ideal y a su vez proteger nuestra salud y la de nuestra familia.



  1) EL VIAJE
Para viajar en coche es oportuno respetar un periodo de descanso cada dos horas, evitar el alcohol y las comidas abundantes. 
Otra buena medida es airear el habitáculo y evitar el uso excesivo del aire acondicionado (la temperatura óptima se sitúa en los 22 ºC). La conducción nocturna disminuye la agudeza visual variando la percepción de las distancias. Respecto a los niños, recordar que deben viajar en las plazas traseras con adaptadores para los asientos y cinturones de seguridad homologados según el peso, edad y tamaño.
Si es posible, conviene que un adulto viaje con los niños detrás, con el fin de atender a sus necesidades y evitar distracciones. En ningún caso se debe llevar al niño en el regazo pues no existe protección en el caso de una frenada. 
Las puertas deben estar trabadas, y resulta conveniente ir provistos de agua.
Resultará de gran utilidad llevar música infantil o cuentos y enseñarles desde pequeños que no deben molestar a la persona que conduce ni bajar del coche hasta que un adulto dé la indicación. 
Podemos jugar a reconocer señales tránsito, leer carteles publicitarios, etc. para entretenerles.
En el caso de viajar en otros medios de transporte públicos como ser un avión, el tren, o en micro, conviene poner a los niños unos colgantes con el nombre y un teléfono de contacto por si llegaran a extraviarse.


La obsesión por el bronceado no debe
llevarnos a cometer impudencias
  2) SOL Y CALOR
En busca del bronceado perfecto
La obsesión por conseguir el bronceado ideal no tiene que llevarnos a cometer imprudencias que pagaremos en el presente y a largo plazo también: permanecer muchas horas bajo el sol o no utilizar protector solar puede desencadenar en problemas de alergia, quemaduras y hasta un cáncer de piel.
Recomendaciones
- Evitar exponerse al sol entre las 12 y las 16 horas, (las radiaciones son muy peligrosas y es el horario que menos se broncea).
- Usar cremas solares que protejan de los rayos UVA y UVB resistentes al agua.  (utilizar el factor de piel apropiado a nuestra piel, partiendo de un factor 15 por lo menos) Aplicar media hora antes de la exposición al sol y renovar cada tres horas. Seguir utilizando crema solar aunque la piel ya esté bronceada o haya nubes. Reforzar estos cuidados en zona de montañas o en la playa.
- Ducharse para refrescar la piel luego de una exposición al sol.


¿Qué hacer ante una quemadura?
Las quemaduras solares pueden provocar enrojecimiento, hinchazón y ampollas, además de mucho dolor. Debemos tener mucha precaución porque cuando notamos la quemadura, el daño ya está hecho sobre nuestra piel. 
o Duchas de agua fría varias veces al día y toallitas frías sobre la zona.
o Aplicar gel de aloe vera resulta muy bueno para calmar la piel.
o Utilizar vendajes secos si se presentan ampollas, para evitar la infección.
o Calmar el dolor mediante la ingesta de ibuprofeno.
o Evitar los productos que contengan benzocaína.
o Evitar la exposición al sol durante varios días.
o Concurrir al médico si se sienten mareos, nauseas o problemas de visión.


Protectores solares
Sin ellos sólo podemos exponernos al sol sin riesgo de quemaduras durante veinte minutos; con una crema del 15, unas dos horas y con una crema de factor de protección máximo, no más de seis horas, siempre reaplicando la crema cada 2 o 3 horas como máximo.
Los niños, por su piel sensible, requieren “bloqueador solar” con un FPS de al menos 50. La crema protectora debe ser resistente al agua, recordando que el agua por sí sola puede aumentar el riesgo de quemaduras al actuar las gotas como pequeñas lupas. El protector no debe ser reservado solo para cuando se toma sol, sino para cualquier actividad que se realice al aire libre, especialmente en los niños. Si los niños juegan cerca de una pileta, además de vigilarlos es una saludable medida de precaución, colocarles manguitos o flotadores homologados. 


Beber líquidos en abundancia, aunque no tengamos sed.
  3) CALOR
El calor del verano puede afectar nuestro sistema de regulación de temperatura corporal, con consecuencias varias. 
- agotamiento, con síntomas como mareos, náuseas, calambres y debilidad.
- insolaciones, algo que puede resultar muy grave y que requiere de asistencia médica.  Sus síntomas son la subida brusca de la temperatura corporal, piel roja, y dolor de cabeza intenso que puede incluso llegar a la pérdida de conocimiento.
Prevención
Beber líquidos en abundancia, aunque no tengamos sed (fundamentalmente agua, evitando las bebidas muy azucaradas y las bebidas con cafeína o alcohol) Ducharse un par de veces al día y humedecer la piel con toallas húmedas si no podemos tomar una ducha y sentimos mucho calor.
Evitar las comidas copiosas, y elegir platos frescos como ensaladas, y mucha fruta.
Reducir la actividad física (realizarla temprano por la mañana o al atardecer) y permanecer más tiempo a la sombra.
Mantener las persianas bajas en combinación con un ventilador de techo en casa, y quedarse en la habitación más fresca. Si la temperatura es muy alta, se debe considerar la opción de poner aire acondicionado.
Utilizar ropa de colores claros, ligera y amplia.


En caso de insolación:
- Si sentimos síntomas de insolación, pedir ayuda a un familiar o vecino. No se debe subestimar la gravedad de un golpe de calor.
- Si es otra persona la que sufre la insolación:
- Retira al enfermo del calor y recostarle.
- Elevar un poco sus pies.
- Reducir la temperatura con ayuda de un ventilador.
- Aplicar compresas frías por el cuello y la frente.
- Por último, brindarle líquidos para beber.
- Llamar a un médico para que evalúe la gravedad del caso y si el paciente tiene más de 38° de temperatura, estado de shock, pérdida de conciencia o convulsiones, llevarle inmediatamente al hospital o Centro de Atención Primaria más cercano. 


LOS LACTANTES, NIÑOS MENORES DE CUATRO
AÑOS Y LAS PERSONAS MAYORES TIENEN MAYOR
RIESGO DE SUFRIR LOS EFECTOS DEL CALOR


Evitar el contacto de alimentos crudos
y cocidos... y mucha limpieza al prepararlos
  4) ALIMENTOS
Debemos prestar mucha atención a la limpieza del lugar donde preparamos alimentos, como de los utensilios que utilizamos para ello.
Siempre tenemos que lavarnos las manos antes de cocinar y cubrir cualquier 
herida. 
Tendremos que estar seguros de consumir agua potable y de que, las 
frutas y verduras que consumimos crudas estén lavadas con agua potable.
No comprar ni consumir alimentos perecederos que no estén refrigerados y aquellos que no estén protegidos del ambiente exterior.
Habremos de prestar atención, a la hora de comprar alimentos, al etiquetado de los productos con su fecha de caducidad.
Cocinar bien los alimentos hasta asegurar la eliminación de posibles microorganismos que puedan contener.
Evitar el contacto entre alimentos crudos y cocinados tanto en su preparación como en su almacenamiento.
No almacenar alimentos si no sabemos si puede haber insectos o roedores en el lugar que vacacionamos.


PRESTA ESPECIAL ATENCIÓN AL CONSUMO DE 
ALIMENTOS. SIGUE LAS RECOMENDACIONES DE 
MANIPULACIÓN Y CONSERVACIÓN


Mantener los ambientes frescos y oscuros
durante el día.
  5) CONDICIONES AMBIENTALES
Cuando estemos en casa, tenemos que mantener las ventanas cerradas en horas de sol, y abrirlas por la noche para ventilar y refrescar. Siempre hay algunos ambientes más frescos, en esos tenemos que tratar de centrar nuestras actividades cotidianas. Otro punto importante con respecto a nuestra vivienda, es la protección contra los insectos: colocar protectores en puertas y ventanas y tener siempre a mano repelente. 


MANTÉN LAS VENTANAS DE CASA CERRADAS EN HORAS DE SOL




  6) HIGIENE
Muchas veces al concurrir a clubes y piscinas, sobre todo los chicos, se descuidan algunas normas de higiene básicas, por eso es importante recordar la importancia de ducharse antes y después de entrar en el agua y evitar tragar agua durante el baño. Utilizar siempre la toalla personal y no dejarla hecha un bollo ya que la humedad y el calor favorecen la proliferación de gérmenes. 
En las duchas, vestuarios y otras zonas comunes, utilizar calzado de goma para protegerse de posibles infecciones.


DÚCHATE ANTES Y DESPUÉS DE ENTRAR EN EL AGUA


No es bueno bañarse mientras se
realiza la digestión
  7) PREVENCION DE ACCIDENTES
No es recomendable entrar bruscamente en el agua, sobre todo después de haber estado tomando sol o de haber realizado ejercicio. Tampoco es bueno bañarse mientras se realiza la digestión.
Tenemos que respetar todas las normas de seguridad y las indicaciones establecidas en los lugares de baño, por nosotros y para que nuestros hijos nos imiten. 
Hay lagos en las zonas serranas y montañosas que pueden engañarnos. Tenemos que ser precavidos y no zambullirnos de cabeza en lugares de fondo desconocido. 
Vigilar en todo momento a los niños, especialmente a los de menor edad.


EVITA ENTRAR BRUSCAMENTE EN EL AGUA Y
RESPETA LAS NORMAS DE SEGURIDAD




  8) ACTIVIDAD FISICA
Caminatas y excursiones
Si realizamos excursiones en el bosque o la montaña, es recomendable conocer previamente el camino y obstáculos con los que nos encontraremos. Tenemos que prestar especial atención al calzado, siendo recomendable además, llevar un pequeño botiquín de urgencia, y algunas provisiones y agua. También es conveniente llevar un teléfono móvil y avisar previamente a alguien de la posible ruta que haremos.
El ejercicio debe adaptarse a nuestras condiciones físicas, evitando llegar al agotamiento. Evitar los baños en los ríos en zonas cercanas a los pilares de puentes, con remolinos o de curso rápido. Las personas alérgicas deben llevar alguna medicación como antihistamínicos o incluso corticoides por el riesgo de reacción frente a mordeduras de animales o picaduras de insectos.





  9) TIEMPO LIBRE
Es bueno mantener algún programa para ejercitarnos, sobre todo si ya lo venimos haciendo durante el año. El mejor ejercicio es el denominado aeróbico, sin alcanzar el umbral de la fatiga, como el paseo con paso rápido manteniendo la capacidad de hablar con el acompañante, o la gimnasia. Los deportes que requieren gran esfuerzo en poco tiempo deben ser desaconsejados.
Los niños pueden aprovechar el verano para realizar actividades o juegos que los estimulen. Tener dichas actividades planificadas evitarán más de un momento de tensión. Es una oportunidad para que aumenten su contacto con el entorno a través de paseos y excursiones de corta duración, y para enseñarles a respetar el medio ambiente (no debemos olvidar que la distancia que recorremos durante un paseo se multiplica por diez para un niño).  
Practicar gimnasia con ellos, que realicen ejercicios con la pelota (aumenta la coordinación visual), voltereta, reptar, trepar, patinar (favorece el sentido del equilibrio), etc... La natación es una actividad muy recomendada. Durante el verano es conveniente mantener los hábitos de higiene, sueño y alimentación. No debe ser una excusa para el caos.
Entretenimiento alternativo
No siempre podemos garantizar que el buen tiempo nos acompañe, por lo que resultará útil ser precavido y tener preparados juegos para entretenernos en caso de no poder realizar actividades al aire libre. Emplear una computadora como alternativa a la televisión, utilizando juegos interactivos adaptados a cada edad. Podemos enseñarles a escuchar música, discriminando sonidos e instrumentos. Dediquémosles tiempo, relatando cuentos, historias de la familia, facilitándoles que ellos intervengan y se sientan protagonistas. 

 
Debemos reforzar su autoestima para evitar
que sean arrastrados por malas compañías.
        10) LOS JOVENES Y LA NOCHE
En esta época del año, los riesgos de las salidas nocturnas se ponen más de manifiesto. Contra lo que solemos creer, la mayor parte de los accidentes de tránsito se producen en recorridos cortos estando implicado muchas veces el alcohol. Una buena información es la mejor forma de prevenir de estos riesgos en los más jóvenes, sobretodo reforzando su autoestima para evitar que sean arrastrados por el ambiente o por la conducta del grupo.

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