31 de agosto de 2011

EMBARAZO Y MATERNIDAD

Escribe la Lic. Carolina Micha*


Desde niña, no hay mujer que no sueñe con su futura maternidad. Jugando a las muñecas, a limpiar, a cuidar al bebé de juguete… Muchos sueños y proyecciones son depositados en el “algún día seré mamá.” 


El parto: un antes y un después.
Cuando el parto irrumpe, se encuentra una mujer-madre, viviendo un momento que la marca y la hace nacer de nuevo. 
“Es algo tan personal e intransferible, que me resulta difícil ponerlo en palabras. Lo viví como un momento de gran liberación en varios sentidos; desde el punto de vista
físico me liberaba de todos los malestares propios del último trimestre de embarazo; y desde el punto de vista emocional, me liberé de todos los miedos, ansiedades y expectativas que fui acumulando durante los nueve meses de embarazo” cuenta Gina que acaba de dar a luz.
Un camino de ida comienza tanto para el nuevo ser como para la madre. Un camino que muchas veces dista de lo que se proyectó e imaginó. El tiempo y el ruido parecen detenerse por un instante y de su cuerpo se desprende un bebé de carne y hueso. Cuando llora comienza a girar nuevamente el reloj.



  • Cambia…todo cambia

Los cambios siempre producen miedos, pero los cambios que vive la mujer luego del parto, son avasallantes y requieren de cierto tiempo y elaboración para poder reacomodarse, tramitarlos y comenzar a disfrutar esta nueva etapa.



  • Nace un vínculo único e irremplazable

El embarazo es un momento de simbiosis entre la mamá y su bebé. Mamá y bebé son uno. Existe una armonía casi absoluta. A partir del parto, dicha armonía se rompe y la madre queda sin su bebé formando parte de ella y el bebé sin su madre envolviéndolo de manera absoluta. Ya son dos.
Pero más allá de lo visible mamá y bebé continúan completamente unidos emocionalmente.
Así como el bebé necesita y depende absolutamente de su mamá para sobrevivir y desarrollarse en esta etapa, mamá también depende y necesita de su bebé. Ya no es sin él. 
La díada mamá- bebé se sirve fundamentalmente de un diálogo no verbal: las miradas, el tacto, la sonrisa, la manera de sostener y ser sostenido, todo ello forma parte de un sistema de comunicación único y particular entre ellos dos.
Existe una unión que podríamos decir casi “telepática”, que nos facilita criarlos, interpretar las necesidades más sutiles y adaptarnos mutuamente a la nueva vida. Por eso es frecuente la sensación de estar flotando en otro mundo, sensibles, o emotivas, con las percepciones distorsionadas y los sentimientos confusos.





  • Lo perdido, lo ganado



“Estoy muy triste, me angustia la idea de haber perdido mi vida, mi propia vida. No tengo tiempo para mí, ni siquiera para bañarme unos minutos tranquila”, comenta Ileana angustiada.
Un recién nacido requiere de continua atención de parte de su mamá: el descubrirlo, cambiarle los pañales, darle el pecho cada dos horas, bañarlo, calmar su llanto, su pedido de amor. Mamá debe estar repentinamente a disposición de su bebé.
Se debe hacer un duelo por la vida pasada centrada principalmente en el sí misma, que indefectiblemente se pierde. Se pierde cierta libertad de elección y decisión sobre sí misma, el egocentrismo y cambia el eje de la vida de la mujer. Si antes era ella misma, ahora lo es su bebé. Pero no hay mamá que no transite esta etapa, que si bien es agotadora y desesperante, se da de manera natural e intuitiva y es el inicio del camino más maravilloso que puede emprender una mujer. Lo que se gana es invaluable. Poder dedicarse en cuerpo y alma a otro ser, en una entrega casi absoluta le brinda a la mujer la posibilidad de entender la vida de otro modo y desde otro lugar sumamente enriquecedor. 



  • Madre ¿se nace o se hace?

Muchas mamás se angustian en las primeras semanas porque no saben “como ser buenas madres”. ¿Cómo saberlo? Transitando el camino. Comienza una lucha entre lo que se debe hacer, lo que está bien, lo que está mal, cual es la manera correcta de darle el pecho, cuando tenerlo en brazos, cuando no… Es que no existen palabras para lo que el bebé quiere y eso angustia. ¿Qué quiere? El espacio está en blanco. Mamá debe descubrirse como tal y descubrir a su bebé y darle palabras a su llanto.
Debemos poder tolerar la frustración al no saber que debemos darle a nuestro bebé y entender que es un tiempo necesario a transitar, con aciertos y errores. A medida que mamá y bebé se van conociendo y descubriendo la angustia de esta primera etapa va cediendo.





  • Depresión post parto. ¿Qué es?



La depresión posparto es una de las enfermedades más frecuentes tras el parto ya que afecta a una de cada diez parturientas. Si no se trata adecuadamente puede persistir durante meses e incluso años y consiste en el desarrollo de una depresión en la madre tras el nacimiento de su hijo.
En general esta depresión pareciera no tener sentido: " Deseaba tanto tener este hijo y ahora que lo tengo me siento completamente desdichada". En algunas mujeres los cambios hormonales y físicos, así como la responsabilidad de una nueva vida, pueden llevar a una depresión de posparto. Aunque las madres nuevas comúnmente tienen periodos pasajeros de tristeza, un episodio depresivo severo no es normal y requiere tratamiento. El tratamiento por un médico sensible, y el apoyo emocional de la familia son de importancia vital para que la nueva madre recupere su bienestar físico y mental. 
Tenemos que saber que este paso existe, y que es necesario transitarlo con sus idas y venidas, con sus alegrías y sus llantos. Crecer duele, los cambios asustan. Pero una vez caminando y mirando atrás nos damos cuenta que ser madres es el cambio más maravilloso de nuestra vida.






*Lic. Carolina Micha
Especialista en desarrollo infantil de Primeros Pasos Producciones
MN: 27874


El sueño de ser madre puede ser una realidad con la sanción de una ley en la prov. de Buenos Aires
En los tiempos que corren, la infertilidad es un problema que afecta a cada vez más personas. Se estima que a nivel global una de cada siete parejas en edad fértil tiene dificultades para concebir. La infertilidad tiene una tendencia creciente en los últimos años porque la mujer va postergando la maternidad por motivos profesionales. El período fértil ideal es entre los 20 y los 30 años, pero a esa edad son muy pocas las mujeres que buscan un hijo, explican los profesionales. 
en estos últimos meses hubo un avance importantísimo que abrió el camino para una legislación a nivel nacional. Se trata de la Ley de Fertilización Asistida de la Provincia de Buenos Aires (Nº 14208), que comenzó a regir el 1 de enero de este año, tras ser aprobada en diciembre de 2010.


La nueva ley obliga a IOMA (prestadora de salud estatal) y a las prepagas privadas a incorporar los tratamientos de fertilización asistida en sus programas regulares anuales.






Seis hospitales públicos del interior bonaerense junto a otra media docena del conurbano se sumarán en las próximas semanas a los centros que ya brindan tratamientos gratuitos de fertilización asistida en la provincia para que todas las regiones sanitarias cuenten con este servicio. El ministerio de Salud detalló que se sumarán al Programa Provincial de Fertilización los hospitales de Junín, San Nicolás, Olavarría, Azul, Saladillo, y nuestro hospital Julio de Vedia. En todos estos hospitales, las parejas con problemas de fertilidad se podrán realizar tratamientos de baja complejidad, como el de inseminación artificial o el de estimulación ovárica con medicamentos, siempre que cumplan con los requisitos establecidos por la ley provincial, pionera a nivel nacional en el reconocimiento de la infertilidad como enfermedad. El último relevamiento a cargo del ministerio de Salud provincial indica que, hasta el momento, se lograron 41 embarazos, seis de alta complejidad (In Vitro) y el resto de baja.

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