8 de septiembre de 2008

ODONTOLOGIA

Dientes saludables

Para tener dientes sanos es imprescindible una buena limpieza que se logra con el cepillo, dentífrico (preferentemente con flúor) e hilo dental.

Si tenemos una buena sonrisa podremos seducir y hasta enamorar.
Pero... Ud. seduce u oculta su sonrisa por no tener los dientes soñados?
No todo está perdido. Con ayuda de un buen Profesional y el hábito sagrado de la limpieza, podremos corregir lo que esté mal y recuperar la alegría.

LO PRINCIPAL: Lavarse bien los dientes

Los dientes sanos reflejan muchas cosas: belleza, cuidado y salud, no sólo de la dentadura sino de todo el cuerpo. Si uno tiene algún problema en la dentadura, debe concurrir urgente al odontólogo, pero ante todo, hay que prevenir y una buena higiene puede evitar cualquier afección.

No todos saben lavarse bien los dientes. Esta actividad que parece tan simple, constituye todo un rito cuando los padres se lo enseñan a sus hijos. En esta educación hay que insistir en que debe ser un hábito impostergable y que no hay excusas para saltearse la actividad.

El cepillado de los dientes es la clave para conservarlos sanos. Hay que hacerlo después de cada comida (con mucho cuidado si se comieron dulces) y sobre todo antes de acostarse, que es cuando más fácilmente se liberan las bacterias. El tiempo de cepillado debe ser por lo menos, de tres minutos. Los movimientos deben ser suaves, aunque firmes, y no deben quedar lugares sin repasar: los frentes, los laterales y las caras internas de los dientes.

Cambiar los cepillos periódicamente
Es muy importante cambiar los cepillos cada tres meses, porque las cerdas se deterioran y pierden efectividad. No deben ser muy duros y se los debe utilizar en un ángulo de 45 grados sobre los dientes.

Además del cepillo...
Pero la tarea no se termina ahí. Como complemento del cepillado, se debe utilizar también el hilo dental, que actúa en los lugares inaccesibles para el cepillo. También es necesario que el dentífrico que se elija contenga la protección del flúor ya que esta sustancia protege a los dientes de la aparición de caries. El proceso se puede reforzar con buches de flúor líquido.

Consulta obligatoria
Aunque uno no tenga dolores y suponga que todo está bien, es necesario consultar al dentista por lo menos una vez por año. Los que generalmente tienen problemas, deben hacer una revisión más periódica. En las visitas, el especialista tiene que realizar una limpieza bucal profunda y chequear si hay afecciones.

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