En verano nos preocupamos por cuidar nuestra piel de los rayos que pueden dañarla, pero especialmente debemos proteger nuestra vista, ya que aún sin notarlo, el sol puede ocasionarle daños grave.
1 ¤ USAR PROTECCIÓN ADECUADA PARA LOS OJOS
Un altísimo porcentaje de las consultas oftalmológicas de los servicios de urgencias es consecuencia directa de la práctica deportiva, así como de la realización de actividades como el bricolage y la jardinería.
Las lesiones oculares por traumatismos con balones, pelotas de squash, bolas de golf, raquetas, etc., o cuerpos extraños como limaduras, briznas de hierbas o productos tóxicos, pueden ser evitadas utilizando gafas protectoras adecuadas.
El viento y las largas exposiciones al sol incrementan el riesgo de entrada de cuerpos extraños en los ojos, sequedad e irritabilidad, y la aparición de quemaduras de la superficie ocular (Queratoconjuntivitis actínica). Para prevenir estas posibles lesiones, a menudo graves y molestas es recomendable el uso de gafas de sol de calidad contrastada y de colirios de lágrimas artificiales.
Además recientes Investigaciones han relacionado la aparición de cataratas, tumoraciones de la conjuntiva (pterigion) y lesiones de la retina (Degeneración Macular Asociada a la Edad o DMAE, una de las causas más frecuentes de perdida de visión en nuestro país), con la exposición excesiva a la radiación ultravioleta.